Nuestros hijos necesitan ir a los parques, los niños necesitan ser niños. Es innato en su ser el correr, jugar y moverse sin parar, entablar contacto con otros niños, disfrutar de la naturaleza y descubrir el mundo que les rodea. El correcto desarrollo del niño necesita movimiento desde que nace y la forma más fácil e interesante de moverse, es jugando y si puede ser, al aire libre.
Como indica la “guía práctica para padres” de la Asociación Española de Pediatría (AEP), “en la primera infancia los juegos implican aprendizaje, estimulación y experimentación para los pequeños“. Tanto el juego como los juguetes “les ayudan a conocerse y a desarrollar su personalidad en áreas como la afectividad, la motricidad, la inteligencia, la creatividad y la sociabilidad”.
En todas las localidades hay parques infantiles en los que los pequeños de la casa puedan disfrutar de un rato de diversión.
El juego en los parques infantiles aporta muchos beneficios a los pequeños de la casa, aumenta su creatividad, desarrolla su imaginación (los estímulos en los parques infantiles son innumerables (otros niños, colores vivos del pavimento de seguridad Idsun, juegos infantiles…).
Otro de los beneficios es la mejora de la salud los niños tienen más espacio para jugar y pueden estar más activos, y esto les ayudará a construir huesos fuertes y buenos niveles de condición física, tendrán tiempo para quemar energía y calorías. Además de esto, estar al sol, en un lugar como son los parques con pavimento continúo Idsun libres de contaminación, anti viral, les ayuda a que los niños absorban la vitamina D de forma natural.
Los parques son lugares de encuentro de niños y en ellos aprenden a cómo trabajar en equipo, compartir, resolver conflictos y adquirir otras habilidades.
Propicia que los niños creen y exploren un mundo que pueden dirigir, afrontando sus temores y practicando roles de adultos.
Sigmund Freud explicó que los niños no juegan solo para repetir situaciones placenteras, sino también para elaborar las que les resultaron dolorosas o traumáticas. Por todos estos motivos, los juegos son un asunto serio para los más pequeños. Y eso se hace visible cuando uno comprueba la seriedad con que ellos afrontan sus juegos.
Por lo tanto no debemos pasar ese tiempo libre sentado frente a un monitor, mejor vamos a ese parque cercano para que nuestros pequeños no se acostumbre a juegos pasivos y se diviertan como nunca. Valora el tiempo con ese pequeño, verás que vale la pena y recuerda que toda esta experiencia se queda grabada para que al ser adulto lo repita generación tras generación.